El principio de precaución o cautela se menciona en el artículo 191 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Ha sido reconocido por distintos convenios internacionales y figura, en particular, en el Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias celebrado en el marco de la Organización Mundial del Comercio.
Este principio permite reaccionar rápidamente ante un posible peligro para la salud humana, animal o vegetal, o para proteger el medio ambiente. En particular, en caso de que los datos científicos no permitan valorar de forma completa un riesgo, el recurso a este principio permite, por ejemplo, impedir la distribución de productos que puedan entrañar un peligro para la salud o incluso proceder a su retirada del mercado, hasta que se aclaren científicamente sus efectos.
Los datos científicos sobre los efectos nocivos que, para la salud, tiene la quema de madera o biomasa son incuestionables. Existen cientos de publicaciones científicas que lo demuestran y un ejemplo sería la que se puede consultar en este enlace, entre cuyos autores se encuentra Xavier Querol y que fue redactado en 2013 para la Fundación Gas Natural. Este documento dedica parte de su introducción y el capítulo 2 completo a explicar los efectos sobre la salud de la exposición a contaminantes generados por la combustión de biomasa. Recogemos aquí sólo un par de párrafos ilustrativos:
“A pesar de que la biomasa se considera una fuente de energía renovable, su uso como combustible conlleva varios aspectos negativos. La combustión de biomasa produce importantes emisiones atmosféricas de gases y elevadas emisiones de material particulado que afectan de forma significativa al clima y a la calidad del aire. Además, estudios epidemiológicos han demostrado que la contaminación debida a la combustión de biomasa aumenta significativamente el riesgo de afecciones respiratorias, enfermedades pulmonares obstructivas crónicas y enfermedades cardiovasculares (Lighty et al., 2000; Glasius et al. 2006)”…
“En resumen, a pesar de la ausencia de datos acerca de la cuantificación del riesgo específico, el potencial tóxico para la salud de las emisiones generadas por la quema de biomasa está ampliamente demostrado (Haluza et al. 2012)”
«Estudios epidemiológicos han demostrado que la contaminación debida a la combustión de biomasa aumenta significativamente el riesgo de afecciones respiratorias, enfermedades pulmonares obstructivas crónicas y enfermedades cardiovasculares»
Pues bien, según Gobierno Vasco (GV), GLEFARAN, una instalación obsoleta que quema madera para producir energía y que se sitúa, como ninguna otra instalación semejante en todo el Estado, a escasos metros de núcleos de población de Güeñes y Zalla, no supone ningún riesgo para la salud de lxs que vivimos aquí. Al parecer, para nuestro gobierno, pese a la atronadora evidencia científica existente, no existen dudas que permitan aplicar el principio de precaución y detener la quema de madera hasta que pueda demostrarse que no daña nuestra salud. ¿Sus argumentos? Que “cumple la legalidad”… como si cumplir la legalidad (lo que, además, no es cierto, pero esa explicación la dejamos para otro día) fuera una garantía de ausencia de riesgos para la salud. Aunque hay muchos ejemplos que explican esta aparente incongruencia, explicaremos el del tabaco que, después de todo, es una forma de quemar biomasa a pequeña escala, pero con el foco dentro de tu cuerpo.
En el Estado se prohibió fumar en espacios públicos en el año 2011, evitando desde entonces que los no fumadores se vieran afectados por el humo de los que fuman. Hoy en día, en los paquetes de cigarrillos pone, literalmente, “FUMAR MATA”: ¿acaso el tabaco no mataba antes del año 2011, cuando no existía todavía la ley? Por tanto, durante lustros, y antes de la citada ley, el humo del tabaco estuvo matando; eso sí, cumpliendo escrupulosamente con la ley. Tal y como explica la historiadora de la ciencia Naomi Oreskes en su libro “Mercaderes de la duda”, los lobbies del tabaco se encargaron durante décadas de retrasar la prohibición con todo tipo de artimañas, incluyendo comprar a asesores científicos de alto nivel para realizar campañas efectivas con el fin de engañar al público y negar verdades científicas comprobadas a lo largo de cuatro décadas. Sorprendentemente, los mismos nombres de estas personas son las que ahora niegan el cambio climático. “La duda es nuestro producto”, escribía hace tiempo un famoso ejecutivo del tabaco. Y son estos “expertos” quienes la han suministrado incansablemente.
¿Y los alcaldes de Güeñes y Zalla qué piensan de esto? A pesar de conocer, de primera mano, las evidencias científicas que ponen en el disparadero la salud de sus vecinxs, incluyendo la de ellos mismos y sus familias, se creen a pie juntillas lo que les dice Gobierno Vasco. No les han puesto ahí para pensar, para tener espíritu crítico o para contrastar datos e informaciones. Están para servir a los intereses del partido político al que pertenecen, aunque ello implique hipotecar la salud de sus conciudadanos. Y esos intereses coinciden con los de un empresario “de los suyos” y con una línea política que prima el crecimiento económico insostenible frente a la salud de las personas.
He aquí, sin embargo, que, como parte de la estrategia conjunta y coordinada que vienen desarrollando el GV (PNV-PSE), el empresario y el PNV local desde el comienzo de las movilizaciones ciudadanas por el problema de GLEFARAN, ahora han decidido hacer “un estudio” sobre la calidad del aire de ambos municipios.
¿Por qué el estudio lo realiza el Ayuntamiento de Zalla cuando la responsabilidad y competencias es de Gobierno Vasco?
Entonces, si la instalación cumple la legalidad y no hay ninguna duda de que GLEFARAN es inocuo para nuestra salud, ¿para qué se hace entonces el estudio? Otra pregunta que surge es ¿por qué el estudio lo realiza el Ayuntamiento de Zalla cuando la responsabilidad y competencias es de GV? La respuesta oficial a estas cuestiones podría ser la que dio la portavoz del PNV en el pleno del pasado 6/5/20: “asumimos que admitimos competencias del GV, en principio, debido a la alarma que se genera en la ciudadanía y porque entendemos que hay muy poca credibilidad por parte de Zalla Bai a lo que este ente da a conocer”, o sea que lo hacen por nosotrxs… Otra opción sería la que, más recientemente, se recogió en la revista municipal, ZallaNOInfo, esto es, “Una parte importante del presupuesto es la destinada a realizar un estudio sobre la calidad del aire en Zalla, independiente, competente y riguroso, que aclare cualquier duda al respecto y, en caso de ser necesario, permita actuar en consecuencia…En EAJ-PNV vamos a cumplir con nuestra promesa: sí a un estudio que nos diga de forma contundente cómo es la calidad del aire en Zalla. Y sí, diga lo que diga”.
Si atendemos a estos argumentos, tan ridículos como inconsistentes, resultaría fácil deducir de las razones del PNV para hacer el estudio algunas evidencias:
- Si se hace el estudio y se admite, como parece, la posibilidad de su resultado diga que la calidad del aire de Zalla no es buena, se demostraría que no se ha aplicado el principio de precaución o cautela, descrito al comienzo de este escrito y, por lo tanto, que existe un riesgo potencial para la salud de lxs vecinxs desde hace casi 5 años que nuestras autoridades han ignorado de forma escandalosa.
- Al GV-PNV y al empresario amigo les ha salido un hueso duro de roer con la movilización ciudadana generada, con la que seguro no contaban al principio y con las demandas por la vía penal de las que están teniendo que responder ante la justicia. Dado que las razones de lxs vecinxs están basadas en lo que dice la ciencia y que existe un documento científico específico elaborado y revisado por expertos en salud que demuestra la incompatibilidad de la quema de madera de esta planta con la salud de las personas, el “equipo de trabajo” GV-PNV-empresario se han afanado en buscar “científicos de cabecera” que les hagan un estudio que limpie su imagen y de carpetazo al asunto. Lógicamente el estudio no lo puede promover el GV, pese a ser el órgano competente, puesto que está imputado por prevaricación en el Juzgado de Balmaseda y porque sería lo mismo que admitir sus irregularidades en la concesión de la licencia ambiental de la empresa y en la NO APLICACIÓN del principio de precaución. Así pues, GV y el empresario utilizan “el comodín de los ayuntamientos”, en una jugada maestra: se hace el estudio ¡y encima lo pagamos los ciudadanos afectados por la planta!, lo que nos convierte en paganos por partida doble.
En lo que hace referencia estricta al estudio, conviene aclarar que el mismo se realizará con el fin de medir las emisiones de la chimenea y de “caracterizar la calidad del aire en la zona”, utilizando en este último caso “los medios del Gobierno Vasco y complementando aquellos que no disponga”. También es preciso decir que el coordinador del estudio será Xavier Querol: sí, el mismo que, como hemos visto anteriormente, explica, en sus publicaciones científicas, la probada toxicidad para la salud de las personas de las emisiones generadas por la quema de madera.
Al hilo de lo anterior, es preciso explicar que, a día de hoy, no existe a nivel nacional ninguna empresa ni ente público o privado que tenga los medios técnicos para medir TODOS los contaminantes que la ciencia ha demostrado se emiten con la quema de biomasa. También resulta muy clarificador que, en las “Tareas y objetivos del estudio” que el ayuntamiento de Zalla ha dado a conocer, se mencione que se van a utilizar los medios del GV para realizar mediciones, cuando se supone que este organismo es ajeno a esta iniciativa.
Pero lo más sorprendente de todo es que en el estudio no se incluyan profesionales sanitarios, médicos ni epidemiólogos que puedan valorar los efectos para la salud de las emisiones de la caldera. ¿Cómo se pretende “tranquilizar” a la población si no se va a evaluar si GLEFARAN perjudica o no nuestra salud? Y ya, la sorpresa pasa a indignación cuando uno comprueba que, por ejemplo, en el caso de la nueva incineradora de Zubieta (Gipuzkoa) se están realizando estudios epidemiológicos para la evaluación de los efectos sobre la salud de lxs vecinxs de la existencia de esta instalación. Nos consta que existe preocupación en parte de la población de Güeñes y Zalla por el aparente aumento de casos de cáncer de mama, ictus e infarto y la única forma de confirmar o desmentir esta sospecha es mediante un estudio epidemiológico que determine si existe una relación entre estas patologías y la actividad de GLEFARAN. ¿Por qué no se hace en este caso? Una de dos, o en Enkarterri somos vascxs de segunda o directamente nos toman por tontxs (seguramente las dos, ¿verdad?).
A día de hoy, no existe a nivel nacional ninguna empresa ni ente público o privado que tenga los medios técnicos para medir TODOS los contaminantes que la ciencia ha demostrado se emiten con la quema de biomasa
Parece claro que el estudio del Ayuntamiento concluirá que las emisiones de la chimenea de GLEFARAN son poco contaminantes y que la calidad del aire es buena en su entorno. ¿Alguien se imagina que no fuera así? ¿Cuánta gente tendría que dimitir y/o ir a la cárcel? Lo que, desde luego, no podrá valorar de ninguna manera ese “estudio”, son los efectos para la salud de las personas de las emisiones de la planta porque, sencillamente y como hemos explicado, no se van a estudiar y porque, además, entrarían en conflicto con lo que el propio coordinador del estudio sabe y publica en sus trabajos. O, quién sabe, quizás estemos equivocados y, simple y llanamente, nos encontremos ante un nuevo intento de desinformación de la población promovida por nuestros gobernantes, que utilizan para ese menester a científicos convertidos en Mercaderes de la Duda.
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