En la madrugada del 27 al 28 de octubre de 2020 se ha producido un nuevo episodio de emisiones agudas y ruidos en la planta de GLEFARAN tal y como lo demuestran diferentes pruebas gráficas recogidas por vecinos del entorno (ver enlace al siguiente vídeo).
Hemos perdido la cuenta de los incidentes de este tipo que han ocurrido en esta empresa desde su puesta en marcha hace ya casi 5 años. Desde su estreno, funcionando sin electrofiltro durante el primer año y medio, lo que provocó que Güeñes y Aranguren se cubrieran de polvo negro, hasta los recientes episodios de emisiones agudas de esta semana.
En todo este tiempo hay una cosa que no ha cambiado: la total permisividad del Departamento de Medio Ambiente de Gobierno Vasco, que tiene la obligación de fiscalizar la actividad de la empresa y que ha mirado para otro lado ante su goteo constante de irregularidades.
Sin embargo, esta vez tenemos dos novedades:
- La primera nos viene desde el Ayuntamiento de Güeñes: tras la espantada de Imanol Zuluaga que abandonó el cargo de alcalde de Güeñes para ocupar un puesto digital (a dedo) en el Gobierno Vasco (concretamente en el Departamento de Salud, ¡tiene bemoles!), su sucesor publica un aviso sobre esta nueva incidencia de GLEFARAN en el que dice que “se está convirtiendo en práctica habitual” y que tienen previsto iniciar “las acciones oportunas con el objeto de sancionar, si es posible, los hechos producidos”. Cabría preguntarse dónde ha estado metido este hombre en los últimos años. De todos modos, si realmente tiene intención de hacer algo desde aquí le sugerimos que imite lo que hizo Zalla Bai cuando gobernaba, esto es, quitar la licencia de actividad a la empresa, dado que la caldera de biomasa que atenta contra nuestra salud a diario se localiza en el término municipal de Güeñes.
- La segunda nos llega del Ayuntamiento de Zalla: en esta ocasión nuestro alcalde no ha vuelto a regalarnos los oídos con su ya mítico “estamos trabajando” y desde el consistorio no se ha hecho ningún tipo de declaración pública al respecto de este último incidente. Cabría preguntarse qué ha cambiado desde agosto, cuando nuestro ayuntamiento hizo públicos sendos escritos enviados a GLEFARAN y el Gobierno Vasco, pidiendo explicaciones sobre los incidentes acaecidos entonces, tal y como explicábamos en nuestro artículo del pasado día 9 de este mes de octubre. Por cierto, el Ayuntamiento sigue sin colgar de la web municipal el informe emitido por la empresa respecto a estos incidentes, pese a haber recibido el mismo el pasado día 7 de septiembre, por lo que Zalla Bai ha tenido que volver a recordárselo por escrito en una entrada reciente. ¿A qué esperan? Quizás la empresa de marketing político que asesora a nuestro alcalde con dinero de todxs y con la disculpa de editar la revista municipal, ha recomendado cambiar de estrategia y no hablar del tema GLEFARAN aunque el humo negro de su chimenea esté entrando por nuestras ventanas. ¿Operación avestruz?