Construir una depuradora, realizar más y mejores controles de las sustancias vertidas e identificar y solucionar las filtraciones al regato de La Jarilla, son las reivindicaciones medioambientales que los representantes de Zalla Bai llevan reclamando a Cespa, gestora del vertedero de Las Lagunas, durante toda la legislatura. Entendemos, y así lo ratifican los técnicos, que es la mejor opción medio-ambiental ante una herencia de 4 millones de toneladas de residuos en nuestro monte público.
La empresa, cumpliendo con lo demandado, construirá una depuradora (1,6 millones de euros) que servirá para filtrar los líquidos, que procedentes de los vertidos depositados hasta la fecha, se envían directamente al colector general. De esta forma, se evitará la circulación de amonios y sulfuros, causantes de los fuertes olores que padecen los vecinos de Sollano, por la red de saneamiento.
Asimismo, se realizarán análisis más exhaustivos que los realizados hasta ahora y se incrementará el número de sustancias a examinar. También, se remitirán los resultados al consistorio con mayor celeridad, por lo que se mejorará la detección temprana ante cualquier problema.
Además, el Ayuntamiento creará una Comisión Mixta con la propia empresa para analizar las causas de las filtraciones de lixiviados; así como, para programar las soluciones para erradicar dichos vertidos.
El vertedero es una instalación activa, como lo demuestra que ya se han llenado 7 de las 11 celdas (4 millones de toneladas de residuos). Semejante cantidad de despojos, más lo que se prosiga vertiendo necesitan ser controlados y tratados. De ahí, la importancia de poner en funcionamiento una depuradora que verifique lo ya vertido y que garantice, una vez sea completado en su totalidad el basurero, un futuro óptimo sin problemas medioambientales a medio-largo plazo.
En definitiva, se establecen las bases para lograr mitigar los perjuicios que provoca el vertedero de Las Lagunas tanto a ciudadanos como al entorno de Zalla. Lo que se tenía que haber exigido desde el principio, en 2005, por los entonces gestores del Ayuntamiento, PNV, se llevará a cabo 10 años después. Y se hará gracias a la presión social ejercida por los vecinos, en especial por los afectados directamente, y por la perseverancia mostrada por la actual corporación municipal.
A modo ilustrativo, cabe mencionar que ni el Consorcio de Aguas (en 2013 rebajó respecto a 2011 las exigencias medioambientales a Cespa), ni el Gobierno Vasco (recientemente ha permitido el depósito de más y en mayor cantidad de sustancias comprometidas) han requerido a la empresa ningún tipo de medida semejante.
En la misma línea, tanto PSOE como PNV de Zalla se abstuvieron de exigir estas medidas correctoras. Es decir, una vez más antepusieron sus intereses partidistas a los generales del pueblo. ¿PUEBLO O PARTIDO?